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Por: Ángel Cabrera. Abogado especialista en Derecho Laboral y Exseremi del Trabajo Los Lagos.
La innovación tecnológica centrada en la automatización de los procesos, se ha convertido progresivamente en una amenaza para los puestos laborales de miles de trabajadores y trabajadoras, reactivando la discusión sobre el futuro que tendrá el empleo y el trabajo humano. Cada semana cientos de trabajadores y trabajadoras en nuestra región pierden su trabajo a raíz del avance tecnológico y la automatización de los procesos.
Cada vez que nos encontramos con una nueva máquina de autoservicio, hay uno o más empleos que se perdieron o que se encuentran en riesgo. Estamos en ese sentido, ante una verdadera amenaza, una pandemia laboral que se extiende sin que existan hasta ahora mecanismos que aborden su extensión y la profundidad de la amenaza. De ahí radica la importancia de discutir profundamente el futuro del trabajo y abordarlo desde una perspectiva local, donde las características de nuestra región jueguen un rol fundamental.
El riesgo está en la pérdida de empleos tradicionales: La automatización reemplaza tareas rutinarias y repetitivas, lo que puede resultar en la pérdida de empleos tradicionales. En la región de Los Lagos, son miles los puestos de trabajo en el sector de servicios, el retail, supermercados y manufactura, que son precisamente los sectores donde la penetración de la automatización ha permeado con mayor fuerza.
Desigualdad y perspectiva de género: La automatización no nos afecta a todos por igual. Los trabajadores con mayores estudios y habilidades especializadas, pueden adaptarse mejor en las propias empresas en las que se encuentran trabajando e insertarse laboralmente al enfrentar procesos de selección. Mientras tanto, quienes se encuentran en empleos más estandarizados enfrentan un mayor riesgo de ser despedidos. En nuestra región, la tasa de desocupación sigue siendo mayor en el caso de las mujeres y existen una diferencia de más de 100 mil mujeres inactivas respecto a los hombros. Aunque no existe una conclusión definitiva, hay estudios que sostienen que las mujeres podrían enfrentar un mayor riesgo de perder sus empleos debido a la automatización, en el largo plazo. En comparación con los hombres, las mujeres se encuentran mayormente insertas en trabajos que involucran tareas rutinarias y repetitivas, lo que aumentan su grado de exposición ante la automatización.
Reconversión Laboral: La reconversión laboral es crucial para mitigar los efectos negativos de la automatización. Implica capacitar fuertemente y con especial dinamismo a las trabajadoras y trabajadores desplazados para que adquieran nuevas habilidades y se adapten a trabajos emergentes.
Para abordar la crisis de la automatización y apoyar a los trabajadores desempleados, aquí hay algunas estrategias:
Educación Continua: Las instituciones educativas y las empresas deben colaborar para ofrecer programas de formación continua. Los trabajadores deben tener acceso a cursos y capacitaciones que les permitan adquirir habilidades relevantes para el mercado laboral actual, junto con generar los incentivos suficientes para motivar la capacitación.
Incentivos para la Capacitación: Los gobiernos y las empresas pueden ofrecer incentivos financieros para la capacitación. Esto podría incluir subsidios para cursos o programas de reconversión.
Identificación de Oportunidades Emergentes: Las organizaciones deben anticipar las tendencias y las habilidades futuras. Identificar oportunidades emergentes y capacitar a los trabajadores en esas áreas es esencial.
Así como es importante abordar la crisis respecto a la vivienda, la emergencia hídrica, el acceso a la salud y los problemas en educación, también es necesario abordar con seriedad las herramientas que necesitamos entregar a nuestros trabajadores y trabajadoras para enfrentar una realidad laboral cada vez más hostil. El desafío para la Región de Los Lagos es especialmente importante. Nos encontramos tristemente entre las regiones con menor promedio de escolaridad entre personas con 15 años o más. Es crucial en ese sentido para nuestros trabajadores y trabajadoras, que las políticas públicas aborden esta tarea no sólo con financiamiento enfocado en la realidad regional, sino también que exista realmente una colaboración público-privada que permita levantar un diagnóstico son las áreas prioritarias en las que debemos enfocar los esfuerzos (agricultura, turismo, comercio, pesca, acuicultura, etc).
Luego, se torna relevante generar compromisos con una mirada a corto y mediano plazo entre los servicios públicos enfocados en la capacitación y la intermediación laboral y la empresa privada, que permita generar becas de capacitación y emprendimiento pertinentes a nuestra realidad regional y local y por último, utilizar nuestras universidades, centros de formación técnica e institutos profesionales para generar modelos de educación disruptivos, a través de los cuales explorar nuevas formas de enseñanza y aprendizaje enfocados especialmente en la realidad de nuestros trabajadores y trabajadoras y en la oferta de empleo disponible en la región.