EL REPUDIABLE APROVECHAMIENTO: ¿CUÁNDO SE PERDIÓ LA DECENCIA EN POLÍTICA?
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Un nuevo mártir de Carabineros enlutó a la institución policial y al país. El sangriento hecho ocurrió en la región Metropolitana a horas de la aprobación de la Ley Nain Retamal que entrega mayores facultades a las policías en el uso de la fuerza.
Noticieros que alargaron sus ediciones centrales hasta altas horas de la madrugada, gente que se reunió en las afueras de un recinto hospitalario o en las unidades policiales del país para apoyar a Carabineros y entregar sus condolencias. Pero, como las luces de las cámaras estaban encendidas, políticos de todos los sectores aparecieron cual polillas, para culparse unos a otros del tercer crimen en menos de un mes. Todos ataques que generan likes y comentarios, pero que están lejos de mejorar la seguridad pública del país.
Lo de las selfies de Carter son solo la punta del iceberg. Políticos ocuparon sus redes sociales y sus equipos de comunicaciones para exculparse y responsabilizar al adversario, mientras seguimos esperando el reforzamiento o actualización del Código Penal para aumentar penas o eliminar atenuantes cómo «la irrepochable conducta anterior». Esperemos que no deban ocurrir más muertes para que la clase política deje de mirarse el ombligo, tejer en el Congreso, llegar tarde por supuestos TOC o simplemente firmar para arrancar del hemiciclo, y trabajen responsablemente. Ya estamos cansados del show. Ya estamos cansados que aprovechen momentos de dolor ajeno para su beneficio propio.
¿Trabajamos en serio y de manera responsable o solo seguimos mirando, criticando y culpando a otros?
Y para los ultrones que solo reclaman en redes sociales, les recuerdo que la política es sinónimo de conversar y llegar a acuerdos. Llegó el momento de avanzar en medidas concretas, y dejar de buscar responsables, porque en esa discusión podríamos retroceder hasta la llegada de los españoles y de Cristóbal Colón.
No se le acabó la fiesta a los delincuentes. Pero aún, si trabajan unidos, quizás se le pueda ir bajando la música a esa fiesta, hasta llegar a un silencio que vuelva a tener un ambiente de paz y tranquilidad para todos.
Pero ojo, esto no es solo culpa de los politicos. Cómo ciudadanos hacemos poco y nada, solo reclamando, agrediendo y quejándonos. ¿Será muy difícil volver a generar vecindarios amigables y cordiales?. En esto, debemos trabajar todos.